Sobre el municipio
Su territorio es principalmente agrícola centrado en el olivar por lo que su economía descansa en la actividad agrícola y su industria oleícola, aunque la industria del mueble de la madera y la repostería tienen un reconocido prestigio y tradición. La caza menor es un atractivo para aficionados a esta actividad. Se accede a la población a través de las carreteras comarcales JV-2301, A-1207 y A-305.
Actividades
¿Qué visitar?
- Plaza de Santa María.
- Ruta Literaria Arjona, Juan Eslava Galán.
- La Lápida Templaria.
- Santuario de las Sagradas Reliquias.
- Museo de artes y costumbres Juan Eslava Galán.
- Aljibe Almohade.
- Cripta del Barón de Velasco.
- Ayuntamiento de Arjona.
Más información
Conoce más sobre Arjona, su gastronomía y sus costumbres en la web oficial del municipio.
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Historia del municipio
En la actual Plaza de Santa María se localiza el primer poblado del Cobre-Bronce (3.000 años a. C.) También está documentada la existencia de un oppidum ibérico. Sobre sus restos, levantaron los romanos nuevas defensas, época en la que se identifica con el municipium de Urgavoo Urgavo Alba, que junto con sus vecinas Iliturgi, Isturgi y Obulco, recibirían de César un estatuto privilegiado tras la batalla de Muda. El arraigo del culto imperial está constatado en varias inscripciones y en la existencia, según algunos investigadores, de templos dedicados a Augusto, Plotina y Baco. En época islámica se identifica con Qal´at Aryuna, en la que se asentó el linaje de Banu Bayila tras la conquista. La ciudad participó en las luchas finales del Emirato, momento en el que se reforzaron sus murallas.
Mohamed ben Yusuf ben Nasr Alhamar, el Rey Al-hamar, fundador del reino de Granada y de la dinastía nazarí, nació en Arjona en 1195. Tras rebelarse en 1232 contra el débil rey Aben-Hud, Alhamar se proclama emir de Al-Andalus, y extiende su autoridad a Porcuna, Jaén, Guadix y Baza. En 1237 entra en Granada e inicia la construcción de la fortaleza de la Alhambra, edificando las primeras dependencias sobre una antigua fortaleza denominada Al-Hamra (Alhambre, la roja).
Gracias a la estratégica situación de Arjona, ya en plena Edad Media existía uno de los recintos fortificados más complejos de la Península. Tres líneas de murallas, veintidós torreones, dos torres albarranas, alcázar, castillo, aljibe…, conformaban un bastión defensivo de primer orden. Todavía pueden verse vestigios de la fortificación, como los fragmentos del muro y antemuro del Paseo de los Mártires.
En 1244 Fernando III conquistó la ciudad y le concedió la categoría de realengo, y años después el título de Villa por el Rey Don Sancho. En el siglo XIV pasó a formar parte del señorío del Condestable de Castilla Ruy López Dávalos, pasando por varias manos hasta que Don Álvaro de Luna lo cambió por otros al Maestre de Calatrava.
En 1628 se descubrieron restos humanos, exhumados con gran ritual por el obispo de Jaén, Moscoso y Sandoval, entre ellas las reliquias de los Santos Mártires Bonoso y Maximiano, y se construyó el Santuario en honor a estos hermanos naturales de la vecina Iliturgi romana, que enel 308 se entregaron al martirio, siendo torturados y decapitados por reafirmarse cristianos durante la persecución de Diocleciano y Maximiano, siendo Prefecto en la Península Plubio Daciano. Parte de estos restos pueden verse en la capilla de los Mártires.
En 1891 la reina regente Doña María Cristina otorgó a Arjona el título de Ciudad.
La situación de Arjona sobre una loma domina un paisaje de colinas redondeadas de menor altura, a excepción del cerro Pachena de 486 m. de altitud, que en su seno da cabida a la mesa de Arjona, claro ejemplo de la actuación de la erosión diferencial favorecida por la presencia de estratos con diferente resistencia.
Su paisaje es eminentemente agrario correspondiéndose con la imagen típica del paisaje rural de la campiña jiennense, con diversidad de elementos patrimoniales relacionados con la explotación y cultivo de la tierra desde la antigüedad. Tal aprovechamiento del suelo ha motivado el que apenas exista vegetación de origen natural, salvo los restos de vegetación primitiva existente en muchos lugares dando muestra de la vegetación que existía en el territorio. Esto condiciona la presencia de fauna, encontrándose especies de mamíferos como el conejo, la liebre, el topo o el zorro; algunas aves, destacando sobre todo pájaros insectívoros, como zorzales, jilgueros, verderones, perdices, codornices, alcaravanes, alcaudones y vegetas; y reptiles como el lagarto común o la serpiente de escalera, entre otros.
Sus principales atractivos naturales se encuentran en el paraje natural Almoraide, merendero en plena campiña olivarera, junto a un arroyo entre los municipios de Arjona y Porcuna, que cuenta con gran cantidad de álamos negros que proporcionan áreas de sombra, donde se han instalado mesas y asientos de piedra, así como en las orillas del arroyo Salado, recurso hidrológico con el que cuenta la población, encontrándose en este paraje algunas de las áreas de interés natural de su término. Otro de los lugares a destacar en la población es el Callejón de las Brujas, donde se encuentran algunas plantas autóctonas.
Desde la Plaza de Santa María, y recorriendo toda la zona de origen judío, encontramos una red de miradores desde los que apreciar magníficas vistas de la Campiña. Los distintos pueblos colindantes son fácilmente reconocidos, ya que la altura del municipio y la posición estratégica de los balcones, así lo posibilitan. Paseo de excepción en primavera es hacer el recorrido de los miradores, cuando el verde plateado de los olivos está en su máxima expresión y la pureza del aire permite divisar muchos de los torreones vigía que pueblan las cimas más altas desde antiguo.