Arjonilla

Sobre el municipio

Municipio del valle del Guadalquivir, al que se accede por las carreteras comarcales J-2300 y J-2040. Casi toda su superficie es de cultivo olivarero, permitiendo el desarrollo de una potente industria almazarera. Otro pilar económico en el que se asienta esta población es la producción de cerámica, tanto a nivel industrial, como material de construcción, y a nivel artesanal. La cerámica decorativa es de gran calidad, variedad y estilo, siendo actualmente una de las señas de identidad de estas tierras.

Actividades

¿Qué visitar?

  • Castillo d el Trovador Macías.
  • Casa del Juzg ado.
  • Ermita de San Roque.
  • Palacio del Marqués de la Merced.

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Conoce más sobre Arjonilla, su gastronomía y sus costumbres en la web oficial del municipio.

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Historia del municipio

Los restos más antiguos encontrados pertenecen a un poblado asentado en el paraje de Cerro Venate durante el Neolítico. El hallazgo de hornos de cocción de tejas, cerámica común, y monedas marca la existencia de asentamientos romanos, afincándose así mismo un poblado visigodo en esta zona, cultura de la que han aparecido vestigios en el entorno de Las Herrerías . Tras este asentimiento se conoce uno visigodo en el mismo paraje.

En el siglo X, bajo poder musulmán, pertenecerá a la unidad territorial de Arjona hasta su conquista por Fernando III “El Santo” en 1224, separándola al ser donada a Gonzalo Pérez. En 1397 pasa a pertenecer a Ruy López Dávalos y, posteriormente, a su hijo el Marqués de Villena. En 1434, Juan II, por Orden Real obligó a la Orden de Calatrava a morar y reconstruir el Castillo .

La referencia más popular del c astillo corresponde al S. XV, cuya leyenda ha dado nombre al edificio medieval más representativo de Arjonilla, cuando aconteció la historia de amor entre el Trovador Macías, originario de Padrón (Galicia) y siervo de Don Enrique de Villena, y Doña Elvira, casada con el hidalgo de Porcuna, D. Hernán Pérez de Vadillo. Los enamorados fueron descubiertos y Macías fue encarcelado en el castillo. Asomado a la ventana de su prisión, no cesaba de cantar sus amores a la dama. El celoso marido, encolerizado, le arrojó un venablo que le traspasó el corazón. En el siglo XVII todavía existía el sepulcro de Macías en la ermita de Santa Catalina, antigua capilla del castillo. Dicha leyenda, que da nombre al castillo de Arjonilla, inspiró a Lope de Vega en su obra “Porfiar hasta morir” y a Larra en “El Doncel Don Enrique el Doliente”.

En el siglo XVI consiguió la independencia jurisdiccional de Arjona. El 21 de marzo de 1553 le es concedido el título de Villa por Carlos V, y el 25 de julio del año siguiente, día de Santiago Apóstol, se consagró al culto la Iglesia Parroquial de la Encarnación .

En el XVII, se nombra patrón a San Roque, por librar al pueblo de la peste que azotaba a Andalucía y a toda España. En este mismo siglo y a lo largo del XVIII, el olivar alcanzó una gran relevancia, dando inicio a una incipiente industria de molinos aceiteros que a finales del XVII eran ya 36.

Durante el siglo XVIII participó en la Guerra de Sucesión aportando 40 hombres a favor de Felipe V. También tuvo protagonismo la zona en la Guerra de la Independencia, ya en el siglo XIX, al producirse una escaramuza en Amarguillos contra los franceses.

Entre finales del XIX y principios del XX se inicia la actividad industrial en Arjonilla, favorecida por la instalación del ferrocarril, y se llevan a cabo grandes proyectos de obras públicas: cementerio, Ayuntamiento, Plaza de Abastos, etc.

El relieve de Arjonilla posee una topografía con leves ondulaciones y caídas más acusadas hacia los bordes norte, este y sur, que siguen las vaguadas de los arroyos Ballesteros y Salado, y penetra hacia la población por el arroyo Arjonilla, destacando como máxima altura el cerro de Los Ángeles, con 398 m .

Como en la mayoría de los pueblos de la comarca representativos del paisaje de la campiña, destacan los espacios dominados por olivos, cultivo extendido por la mayoría de su territorio, así como los cultivos de campiña y los de huerta. Esto conduce a que no se encuentren manchas considerables de vegetación natural. La vegetación más representativa la forman álamos y chopos de las riberas de los arroyos y otras plantas herbáceas, como ortigas, avena loca, hinojo, manzanilla, amapola etc., algunas de las cuales ofrecen propiedades medicinales. Entre la fauna más representativa podemos destacar: conejo, tejón, liebre, hurón, jineta, perdiz roja, codorniz, cernícalo primilla, búho chico, tórtola, águila perdiguera, culebra de escalera y de agua, lagarto común, la rana verde, el sapo común, el galápago común, etc.

Entre sus atractivos naturales más importantes destacan El Pino, árbol simbólico de Arjonilla, declarado elemento paisajístico protegido, situado en el margen derecho de la carretera Arjonilla-Marmolejo. Cerca de éste se encuentra el Pozo de Marmolejo, frecuentado por la gente joven en el Día de los Santos. Otros parajes frecuentados son Los Pinos La Madre Vieja .

Especial mención merece La Albarrá, cantera de barro donde aparecieron restos fosilizados de fauna marina del Cuaternario, situada en un paraje ondulado al norte de la población, de donde se obtenía la materia prima de los tejares para fabricar ladrillos y cerámica; así como la Fuente del Escribano, manantial que ha sido utilizado como abrevadero de animales tradicionalmente, y que tiene un valor sentimental importante para los habitantes de este municipio.

 

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