Sobre el municipio
Localidad situada en plena Sierra Morena, a 6 Km . de la Autovía de Andalucía a la altura del Km. 288, por lo que el área de cultivo es minoritaria, localizada al sur del término con predominio olivarero. La industria almazarera, la ganadería y la actividad cinegética marcan la actividad económica del municipio.
Actividades
¿Qué visitar?
- Castillo de Baños de la Encina.
- Museo del Territorio.
- Iglesia de San Mateo.
- Ermita del Cristo del Llano.
- Casa palacio de los Molina de la Cerda.
- Molino de Viento del Santo Cristo.
- Peñalosa.
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Conoce más sobre Baños de la Encina, su gastronomía y sus costumbres en la web oficial del municipio.
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Historia del municipio
Declarada Conjunto Histórico-Artístico Nacional desde enero de 1.969, con motivo de haberse cumplido el Milenario de su fortaleza, ya que alberga un impresionante patrimonio en el que destacan la Iglesia Parroquial de San Mateo (S. XV) de trazado gótico, la Ermita del Cristo del Llano (S. XVII) y la Casa Consistorial (S. XVI), entre otros, y en el que resalta sobremanera el Castillo de Burgalimar, cuya construcción se terminó en el año 968 bajo el califato de Al-Hakan II, declarado Monumento Nacional en 1931.
La milenaria historia de la población arranca en el Neolítico según las pinturas rupestres encontradas al norte de su término municipal, primeras huellas dejadas por el hombre, entre las que cabe destacar las del Canjorro de Peñarrubia, con tres grupos diferenciados de pinturas, dos esquemáticos y uno seminaturalista, el Abrigo de las Jaras, en el que se observa la figura de un ciervo y un arquero, así como el Rodriguero, Nava el Sach, el Barranco del Bu y Selladores. En el II milenio a. C. la minería comienza en los yacimientos ricos en cobre y bronce que dieron lugar a la formación de una organización social que continuó hasta la fundación de Cartago. Durante el Imperio Romano se comenzó la explotación de las minas de plata. Huellas de éste pasado minero las encontramos en El Centenillo, entidad de población pedánea.
Ocupado por los musulmanes en el S. VIII, en el año 968 el califa cordobés Al-Hakan II ordenó construir su fortaleza, de donde viene su topónimo árabe de Burch Al-Hamma (Torre de los Baños).
El 12 de julio de 1212, tres días después de la Batalla de las Navas de Tolosa, pasó a manos cristianas del rey Alfonso VIII. En 1217, siendo rey Fernando III de Castilla, se inicia la conquista del valle del Guadalquivir, incorporando el Castillo de Baños a Castilla en 1225, convirtiéndose por su estratégica situación, entre la Meseta y Andalucía, en una importante vía de comunicación.
En el siglo XV fue escenario de luchas entre el Condestable Iranzo y los maestres de las Órdenes de Calatrava y Santiago, que reflejaban el enfrentamiento entre nobleza feudal y Estado Moderno.
Es en 1626 cuando obtiene el título de Villa, a los que se suman distintos privilegios concedidos durante posteriores años, tales como los títulos de «Muy Ilustre y Mariana Villa». A finales del siglo XVII y principios del XVIII la villa toma un nuevo impulso con la intensificación de la agricultura y la ganadería. Pero en 1767 se esquilma su territorio por el Plan de Nuevas Poblaciones de Sierra Morena, en 1835 con la desamortización de Mendizábal, y en 1855 con la Civil o de Madoz, que acaban definitivamente con el Bien del Común.
El núcleo urbano se localiza en lo alto de un cerro con grandes pendientes, rodeado por Sierra Morena y por una planicie que desciende hasta el río Guadiel. Presenta una zona de valle al sur, dominada por un paisaje de dehesa, roto por una pequeña franja de olivares y algunas parcelas aisladas de cereal; al norte limitando con Ciudad Real, cuenta en su mitad oriental con asentamientos mineros cuya explotación ha condicionado el devenir histórico de este pueblo, mientras que en su mitad occidental forma parte del Parque Natural de la Sierra de Andújar, destacando Selladores, Coto Nacional de Caza desde 1973 y Zona de Especial Protección para Aves, constituido por monte mediterráneo autóctono de encinar y alcornoque, alternando en suelos más húmedos con manchas de quejigos o robles melojos, y con especies alóctonas como el pino. Se observan claras diferencias entre fincas dedicadas a cotos de caza mayor, donde conviven el ciervo, el jabalí, el gamo, junto con especies protegidas como el lince y el águila imperial, y dehesas de ganadería extensiva, con el toro de lidia.
Son numerosos los enclaves de interés gracias a su orografía, flora, fauna y paisaje, como el Embalse del Rumblar, centro de atracción de aficionados a la pesca y a los deportes náuticos, o la Playa del Tamujoso, paraje de importante valor paisajístico, situado en la Dehesa Santo Cristo; y por otro lado, el antiguo poblado minero de El Centenillo, donde se han encontrado herramientas mineras, precintos de plomo, monedas de diferentes épocas de explotación, etc. En este entorno se encuentra El Puntal, espacio reforestado con pinares y abundantes asentamientos mineros romanos.
También hay que hacer mención a Navamorquín, zona granítica de relieve escarpado, con minas de Edades del Cobre y del Bronce, y el recinto amurallado ibérico-romano de las Salas de Galiarda, y la villa minera que descansa a sus pies, conjunto conocido como el segundo castillo de Baños de la Encina.