Lopera

Sobre el municipio

Municipio del oeste de la comarca caracterizado por su orografía suave típica de campiña olivarera. El término es cien por cien agrario, siendo mayoritario el cultivo del olivar, aunque otros como algodón, remolacha azucarera, maíz y girasol se siembran en las vegas del Salado de Porcuna y del Guadalquivir . Su economía depende en mayor parte de la agricultura, complementada por las industrias del mueble de madera y oleícola. Destacan también, por anecdóticas, la fabricación de vino y de veleros.

Actividades

¿Qué visitar?

  • Castillo
  • Iglesia de la Purísima de la Concepción
  • Casa de la Tercia
  • Ermita de San Roque
  • Hospital de San Juan de Dios y casas nobiliarias 
  • Bodegas Herruzo
  • Paraje del Pilar Nuevo y de San Isidro Labrador
  • Ayuntamiento

Más información

Conoce más sobre Lopera, su gastronomía y sus costumbres en la web oficial del municipio.

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Historia del municipio

Aunque hay restos arqueológicos más antiguos, como el asentamiento de la Edad del Bronce en Lazarino, el yacimiento ibérico del cerro de San Cristóbal es uno de los más importantes de la Alta Andalucía. Ha aportado una gran cantidad de restos de entre los siglos VI a. C. y III a. C. y, por lo que se conoce, se trata de una torre relacionada con el control del territorio fronterizo entre tartessos y mentesanos. De época Ibérica se han detectado siete yacimientos, destacando entre ellos los de cerro de la Casa cerro de los Pollos .

Durante ocupación romana el término se pobló de villae de las que hay evidencias de 34. Del asentamiento del cerro Morrón hay numerosas piezas como jambas o capiteles procedentes al parecer de un edificio religioso. Tras conquista musulmana en el S. VIII, la población se mantuvo en pequeños núcleos dispersos y utilizaron como castillo-refugio el antiguo del Cerro de San Cristóbal. El término quedó englobado en el iqlin de Bulkuna (Porcuna).

El origen del actual núcleo se sitúa en torno a los siglos X y XI en una pequeña alquería en donde se levantó una fortificación. En 1242 fue entregada a la Orden Militar de Calatrava, que inmediatamente comenzó la construcción de un castillo, hoy en día conocido como Castillo de los Calatravos, en el extremo sur del antiguo recinto amurallado islámico. En el siglo XV estuvo involucrada en las luchas nobiliarias de este periodo. El siglo XVI se caracteriza por el auge económico y poblacional así como por el inicio de su independencia de Porcuna y Martos; por la concesión del «Privilegio de Lopera» de 1595 tuvo su propio juzgado. Después se promulgaron las primeras Ordenanzas de la villa, y finalmente su independencia se materializó tras el pago que los vecinos hicieron a las arcas de la Hacienda Real.

Entre su rico patrimonio monumental sobresalen el Castillo, la Iglesia parroquial de la Asunción, del último tercio del siglo XV y mezcla de estilos barroco y renacentista, el Ayuntamiento, del año 1605, y las ermitas de Jesús Nazareno y del Cristo del Humilladero, ambas barrocas.

Lopera está caracterizado por su orografía suave, de onduladas colinas, típica de campiña olivarera . Este predominio del olivar ha ido reemplazando sobre todo a las plantaciones de viñedos de uva blanca de la variedad Pedro Ximénez, principalmente, que se extendían por gran parte del territorio, lo que permitió que tras la Guerra Civil se implantaran distintas bodegas en Lopera produciendo un caldo de gran calidad, el vino blanco loperano .

La escasa vegetación natural existente se reduce a masas arbóreas aisladas junto a cauces de arroyos, con predominio de olmos, taray, cañas, juncos y álamos, junto a zarzas y mentas silvestres. El resto de vegetación autóctona de matorral mediterráneo aparece en linderos, cunetas o zonas rocosas no aptas para el cultivo, representado por encinas, coscojas, aladiernos o jazmines silvestres. Por tanto, la fauna que podemos encontrar es aquella que ha podido adaptarse a estos hábitats, destacando la golondrina, el vencejo y el avión comunes, o el cernícalo primilla y la lechuza.

El río más importante que atraviesa su término, tras el Guadalquivir, es su afluente el Salado de Porcuna que serpentea de sur a norte, y al estar algo encajonado es necesario elevar sus aguas para regadío. Afluentes del Salado son: por la derecha el arroyo de las Casillas o de la Canaleja, y por la izquierda el de Carboneros.

Las elevaciones más importantes son: El cerro de San Cristóbal, junto a la villa, el Morrón, junto a la provincia de Córdoba, y el de Gamonares y que limita con el término de Porcuna.

Uno de sus emplazamientos naturales más importantes es el de San Isidro o Pilar Nuevo, espacio de excepcional belleza próximo al pueblo que cuenta con una gran arboleda, áreas de sombra y dispone de una fuente de agua del siglo XIX, en otro tiempo utilizada para calmar la sed de animales y para regar los campos. Allí mismo se levanta la ermita de San Isidro, cuya Romería se celebra en este lugar el 15 de mayo, siendo una de las zonas predilectas para la población para pasar agradables jornadas camperas junto a familiares y amigos.

Repartidos por el término municipal de Lopera se encuentran numerosos vestigios de la Guerra Civil española, ya que en estos parajes se situó la línea que dividía a los bandos nacional y republicano, conocido como Frente de Andújar. Destaca la presencia de dos nidos de ametralladoras en buen estado de conservación, junto al puente que cruza el arroyo Salado, y otro en el cerro Morrón, así como diferentes trincheras en el Cerro de las Esperillas y Casería de Escalona. También de esta contienda se conservan, entre otros, un fortín antitanques y un refugio de la guerra civil en el pago de Valcargado, y son visibles en la torre de San Miguel del castillo los daños que ocasionó el impacto de un proyectil.

 

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